¿Qué quieres ser de mayor?

Recuerdo cuando era un niño, debía tener unos 7 años, había una profesora en la escuela llamada Loli que siempre nos preguntaba haber qué queríamos ser de mayor.

Yo estaba sentado en la última fila, así que siempre me tocaba responder el último.

"Futbolista, bombero, futbolista, futbolista, estrella del rock, futbolista, veterinaria, futbolista, veterinaria, veterinaria, futbolista, bombero, futbolista, policía, estrella del rock, futbolista, futbolista y bombero". Sí, recuerdo las voces de cada uno de ellos nombrando emocionados su profesión.

Yo me despistaba un poco, porque todos querían dedicarse a lo mismo, así que al llegar mi turno debía andar mirándo los árboles que asomaban por la ventana. "¿Y tú? ¿Qué quieres ser de mayor?", me preguntó Loli. Todas las miradas se giraron hacia a mí, y cuando me aseguré de que todo el mundo estaba bien atento dije a voz alzada: "Yo quiero ser constructor!!"

Todos me miraban con extrañeza, pues era el único nene de la clase que no quería ser futbolista, estrella del rock, o bombero. Loli me preguntó entre el susurro general: "¿Y quieres contruir edificios muy grandes?". Me lo preguntaba como si fuera tonto, con ese tono de voz que ponemos los adultos para hablar a los niños pequeños... Yo era pequeño, pero no era tonto, y esa fue la primera vez que tuve la sensación de que los mayores no siempre son tan listos como creen ser.

"¿Edificios? ¿Quién quiere contruir edificios?", dije con mi enfado infantil. Nadie entendía nada, todos me miraban como si no tuviera demasiado claro qué quería ser de mayor, pero no importaba, yo lo tenía claro.

Ahí quedaba la cosa... Había un cambio de tema radical, y nadie sabía muy bien qué clase de constructor pretendía ser. Ocurría una vez por trimestre, cada vez que nos hacía la dichosa pregunta la señorita Loli.


Ahora que ya somos mayores, os contaré eso que nadie entendía. ¿Sabéis lo que quería contruir? Columpios para mayores... Sí, solo eso... Nada de edificios, ni pabellones, ni grandes rascacielos... Noooooo!! Además, tengo miedo a las alturas... Columpios para mayores, me bastaría con poco presupuesto y un puñazo de ilusión.

Columpios para mayores, grandes, muy grandesssssssss, para que todo el mundo pudiera jugar, y reir, y disfrutar de ese niño que todos (unos mas que otros) llevamos dentro.

Siempre he pensado que los adultos se quedan comiendo pipas en el banco, porque los columpios son demasiado pequeños. ¿Es que a nadie se la ha ocurrido?.

Seguro que los mayores en vez de quedar los sábados pa ir a la discoteca, quedarían con una bolsa de chucherías en el parque, en los columpios para mayores, en el tobogán gigante, sí...

¿Me ayudáis a construir mi parque infantil para mayores? :):)