domingo, 11 de noviembre de 2012

Historietas de un poeta

Cuantos recuerdos conservo con tanto cariño.... Un puñao de ellos pertenecen a mis años en La Granja. Los tengo guardados en un rincón de mi memoria en el que sé que nunca se me olvidarán. Ese rincón de nuestra mente al que van a parar todos esos recuerdos que nos marcan con más intensidad que el resto, o simplemente, durante más tiempo.

¿¿Qué pensáis?? ¿¿Que fuí agricultor en otro tiempo?? ¿¿Que me sacaba un sobresueldo en una granja esquilando ovejas?? No amigos, nada de eso... La Granja es el nombre por el que todo el mundo conoce al instituto al que yo fuí hace algunos años. En serio, no es broma... Su nombre oficial es otro, pero nadie lo llama así.


La verdad que, después de acabar la primaria, me dió mucha pereza comenzar el instituto, entre otras cosas porque el colegio lo tenía enfrente de casa y para ir al instituto tenía que andar 5 minutos (ya sé que soy un poco vago, ¿¿y qué?? jajaja). Además, tenía que volver a conocer a gente, y eso, aunque es interesante y emocionante, siempre produce un poco de incertidumbre al principio. En el colegio de mi barrio ya nos conocíamos todos desde que nos quitaron el chupete, así que tocaba volver a conocer gente nueva...

La Granja era (y es) un instituto público al que ibamos gente de barrios humildes, "gente de barrio". Quien viva en un barrio entenderá la definición que pretendo dar. Era difícil encontrar algún chaval que tuviera el padre abogado o algo parecido. La Granja no estaba en la lista de opciones de la gente "pija", sin faltar al respeto a los pijos de los cojones, claro... :):)

También venían chicos y chicas de pueblos cercanos. Resultó una mezcla bastante enriquecedora, siii... Cada año conocías un montón de gente!!

Todas las mañanas salía sobre las 7: 45 de casa, siempre con el pelo mojado. Casi todos los días me lavaba la cabeza antes de ir al insti. Recuerdo en pleno enero cómo se me quedaba el pelo duro como una piedra, medio congelado...

Quedábamos la gente de mi barrio debajo del puente para subir todos juntos al instituto. Recordar que 5 minutos andando es mucho tiempo!!. Siempre estaban los golfillos que se quedaban en un parque cercano para librarse de las clases. Yo, la verdad, nunca fuí de faltar a clase, me lo pasaba bastante bien en el aula. Lo de estudiar ya era otro asunto...

Siempre me ponía en la parte de atrás de la clase, era el sitio que había que buscar si querías pasar un rato agusto y no te interesaba demasiado lo que decía el profesor. Los menos aplicados teníamos la parte de atrás reservada. Era por cortesía, dejábamos las primeras filas para quien estuviese interesado en la materia. Después ya habría tiempo de pedirles los apuntes si se daba el caso!! jajaja. Además, siempre se ha dicho que los últimos serán los primeros, así que supusimos que algo de verdad habría en esas palabras...

Allá estaban el Chuchín, el Chinchilla, el Chapi... Hablo de tercero de la ESO, fué el año que marcó un punto de inflexión. En primero y segundo aún eramos demasiado pequeños e inocentes... :)

Chuchín y Chapi eran repetidores, así que Chinchilla y yo decidimos juntarnos con ellos. Los repetidores siempre sabían como hacerte pasar un buen rato. A Chapi le gustaba vacilar a la profesora de lenguaje. Recuerdo cuando nos mandó hacer el ejercicio número 5 de la página 67 (por decir un número y una página...) y tuvo la gran idea de borrarlos con la goma de borrar... Nunca había visto eso!! jajaja. Al cabo de un rato frotando con la goma se acababa borrando y quedaba de un blanco impoluto!! Yo flipaba!! jajajaja. Después llamaba a la profesora y le decía: "Profeeeee!! Que este ejercicio no me aparece!!" Jajajaja, que crack!!! Si es que de los repetidores siempre aprendías algo!!

Ese mismo año falleció en un accidente de tráfico... Fue un mazazo, porque el año estaba siendo fantástico, y a partir de ese día el curso ya no volvió a ser lo mismo... Pero bueno, me quedo con los buenos recuerdos. Además, allá donde esté seguro que estará entre los grandes. La gente grande siempre tiene un buen sitio reservado. :)

Chuchín había repetido dos veces, decía que era para aprendérselo mejor, aunque yo no me lo creía mucho porque no tenía ni puta idea de nada... El resto aún teníamos pelusilla cuando él ya tenía barba!!. Él también era muy ingenioso, era el espectáculo de la clase. Un día me puse a comer una bolsa de patatas durante la clase sin que la profesora me viera, con la mala suerte de que me hizo  una pregunta cuando acababa de meterme el puñado de patatas en la boca... Yo, hice un gran esfuerzo para vocalizar lo mejor posible, cuando Chuchín me interrumpió diciendo....: "Eh tiooooo!! Que no se habla con la boca llenaaa!!". Fué un descojono general!!. Recuerdo que fuí salvado por la campana porque en ese momento terminó la clase y sonó la sirena. Nunca se me olvidará la cara de mala ostia con la que se me quedó mirando la profesora...

Los profesores me tenían cariño, les resultaba gracioso o algo así. Creo que era debido a mi espontaneidad, supongo... Yo también les tenía cariño, y se lo sigo guardando con el paso de los años. Sabía que ellos no tenían la culpa de mis malas notas, el problema era yo. Excepto la de matemáticas, que esa si que era un poco cabrona. Creo que por eso la destinaron en "La Granja"... Con el resto bien, la verdad... Había un profesor que me decía que yo de mayor tenía que ser payaso de profesión, porque según él yo era un tío muy expresivo. Me dejó un poco mosqueado, creo que quería decirme payaso y no sabía cómo hacerlo de manera sutil, jajajaja. Es broma, la verdad que me lo tomé como un halago... Ser expresivo es una cualidad muy positiva, al menos yo así lo considero.

Al acabar las clases, algunos nos ibamos a una escalera que había cerquita de La Granja a echarnos un cigarro. Era conveniente no enseñar el paquete de tabaco a la salida del instituto porque te aparecían 5 personas al instante a pedirte un pitillo. Siempre ibamos a esa escalera porque ahí ningún profesor podría vernos. Eran los primeros cigarros, supongo que nos sentíamos más mayores o algo así. Sí, creo que debía ser eso, porque la verdad es que sabía fatal el puto cigarro... Tonterías de la edad... Pero bueno, a lo que vamos!!

También eran muy típicos los cigarricos entre clase y clase en el baño del instituto. Tardabas menos de un minuto en fumártelo para que al director no le diera tiempo a entrar al baño a echarte la movida. Salías medio mareado, esas caladas rápidas eran matadoras!!. Si te lo encontrabas justamente al salir del baño no importaba, porque aunque estaba el baño lleno de humo nunca sabía quien había fumado. Dicen que está mal acusar sin tener pruebas... jajaja.

Pasé casi 8 años en el instituto. Mis padres, después de mucho insistir (y se lo agradezco), consiguieron que "estudiara" bachillerato. Tardé 4 años en sacar el bachillerato adelante. Era para aprendérmelo mejor, como "Chuchín el repetidor" me había enseñado un par de años atrás. El tercer año de bachillerato sólo tenía dos asignaturas así que tenía muchas horas libres. Me iba con un compi de Orkoien (un pueblo cercano) al bar de al lado a jugar a la máquina de pinball. El dinero me lo administraba bien, era sencillo: 3 eurillos para el tabaco (cuando se podía), y el resto para jugar al pinball en el bar y comer algún bocadillo en una panadería cercana.

Durante el último año me quedó una asignatura solamente, así que me puse a trabajar mientras intentaba sacar esa asignatura adelante. Me saqué las matemáticas en otro instituto, a distancia. Mi tutora de La Granja me dijo que era mejor que me sacara las matemáticas en el instituto a distancia porque era mucho más sencillo, y así no tendría que perder otro año con una sola asignatura, y podría dedicar tiempo a hacer otras cosas. Además ya tenía 18 añitos y a mis padres no les hacía mucha gracia la idea de que estuviera otro curso completo sin hacer prácticamente nada... Por fín me saqué el bachillerato, pero no hice selectividad porque ya llevaba unos meses trabajando y me acostumbré a tener dinerito fresco, además lo de estudiar nunca fué lo mío. Me costaba mucho concentrarme delante de un libro... Tiene que interesarme mucho un libro o una película para mantenerme atento, sino me disperso con facilidad...

Pues nada, eso. Ahí os dejo otro pedacito de mí. Tengo muchos más recuerdos que podría seguir contando, y unas cuantas anéctotas graciosas, pero por el momento lo dejaremos así. Si os ha gustado, otro día ya os contaré mas!!

Por cierto!! Rebuscando en el youtube acabo de encontrar un video de mi insti!! La canción me encanta, y el video está bonito, así que lo cuelgo para que podáis verlo. ;)



     Besos pa' todos y patadas!!

2 comentarios:

La tata dijo...

Qué entrada tan bonita poeta, me ha emocionado leerla. Si es que los años de instituto son años tan intensos y bonitos, que siempre quedan en el baul de los recuerdos.

Espero que sigas compartiendo más recuerdos de La Granja. Un fuerte abrazo

El poeta que no rima dijo...

Buenos días hermanika!!

Me alegro mucho de que te haya emocionado la entrada. La tenía guardada por ahí y creía que podría quedar bonito colgarla en nuestro cuaderno.

Ya falta muy poquito para vernos!! Qué ganikas!!

Un besiko muuuuy gordo. Que lo pases bien en el viaje!! Muuuuuuaaaaacksss!!