domingo, 23 de junio de 2013

Como Spiderman sin hilos

A veces recuerdo esas tardes en las que iba al parque a jugar con los demás niños, mientras mi madre me observaba atenta desde "el banco de la sombra". Siiii... Mi madre siempre decía que el mejor banco de todo el parque era el banco de la sombra, y allá que se sentaba todas las tardes!!

Ella me observaba, y yo también a ella, aunque creo que ella no se daba cuenta... Ella creía que yo disfrutaba jugando con los demás niños, y sí, vale, me lo pasaba bien con ellos, pero no era eso lo que más me hacía disfrutar, nooo... Lo que más me gustaba era ver como mi madre sonreía al verme trepar por los columpios, como un spiderman sin hilos. Yo la miraba, y gritaba: "Mira mamáaaaaaaaaaa!!!", y ella me sonreía, y me gritaba con gesto algo tenso: "Muy bien hijo, pero ten ciudadooooo, haber si te vas a caerrrrrrrrrrrrr!!!", y yo le devolvía la sonrisa... :). Era gracioso escuchar como alargaba la última letra al pronunciar la palabra "cuidadooooo", siempre lo hacía!! Jejeje!!

Y siii... Tenía razón... Cada dos semanas me caía un par de veces... Cada mes, cuatro veces... Cada año, 48 veces. Bueno, quizá alguna más... En verano me pasaba muchas horas jugando en el parque, así que siempre había alguna caída extra.

Pues... ¿¿Sabéis??...  La verdad, ahora que soy mayor os voy a contar un secreto de niño adulto, porque me consta que sois buenagente y no se lo vais a contar a nadie.

 He de confesaros que ninguna de esas 57 caídas que tuve en el parque me dolieron, no... Es más, he de reconoceros que de esas 57 caídas, al menos 10 fueron intencionadas.

Siii.... Me gustaba caerme... Creo que era el mejor momento de la tarde... Yo lloraba y lloraba, mirando a mi madre con el rabillo del ojo, hasta que ella se daba cuenta del percance. Ella se levantaba a toda prisa, y empezaba a correr hacia mí, a voz en grito. Siempre gritaba "AYYYAYYYAYYYY MI HIJOOOOO!!". Jejejeje, me hacía mucha gracia!! :D:D

Pues, ¿¿sabéis??. Ese era el momento en el que lloraba todavía más fuerte. No es que fuese un niño un poco cabrón, nooo... Tampoco es que me gustase llorar, nooo, tampocooo.... Es que sabía que, cuanto más fuerte llorase, más fuerte sería el abrazo que me daría mi madre, y más tiernas sus caricias. Siii...

Cuanta magia tienen las madres en sus manos. Siii... Sus caricias lo curan todo...


También recuerdo cuando me dolía la garganta, la cabeza, el pie, la mano... Cuando me hacía una pequeña (o gran) herida en el codo, en la rodilla, o en el brazo... Daba igual lo que me doliera, siii... La solución siempre era la misma!! Un vaso de leche calentita!! (también le podías añadir la variante de la cucharadita de miel si el dolor era demasiado intenso).

Era infalible, nunca fallaba!! Un vasco de leche caliente era la solución a todos mis problemas!! Jejeje, ahora lo pienso, y me sale una sonrisa. Ahora entiendo porqué en el frigorífico de mi casa siempre habían 5 cajas de leche, siii!!! Creo que con esa leche podíamos solucionar 30 o 40 problemas al día!! Siii...

Ójala un vaso de leche fuese la solución a todos nuestros problemas, siii... Miles de camiones, llenos de litros de leche, que fuesen ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, calle por calle, repartiendo su vasito de leche a toda esa gente que se siente triste, a toda esa gente que necesita un abrazo, un beso, o simplemente, un oído que la escuche...

Va por vosotros!! SoIs La LeChE!!!! ;)




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