martes, 16 de julio de 2013

Sueños en miniatura

No le gustaba la música, ni disfrutar de un buen refresco a la sombra, ni el fútbol... Nisiquiera le gustaba estornudar.. Sí!! Como lo oís!! No le gustaba estornudar!! La verdad, pocas veces se habla de esto, pero la sensación que se produce 50 milésimas de segundo después de un estornudo, me parece una de las sensaciones más placenteras. Aaaaachíiss!!!!! (Disculpádme, soy alérgico...)

Tampoco le gustaban las croquetas, ni la sopa caliente de invierno, ni el fresquito del otoño, ni el florecer de primavera...

A él, le gustaban los aviones. Siii... Maquetas de aviones de madera, aviones de papel, aviones de los grandes, de los de hierro, de los que vuelan por el cielo, de los que pintan garabatos blancos... Sí, daba igual de que clase o condición, a él le gustaban los aviones... Todos los aviones!!

Jeje, siempre me pareció un tipo super gracioso. Él nunca pretendió serlo, sin embargo, cada 5 frases, decía algo que me hacía sonreír. Aún recuerdo el día que me dijo que, aunque sabía que nunca alcanzaría a ahorrar el suficiente dinero como para poder comprarse un avión de verdad,  nada ni nadie podría quitarle la ilusión de tener una enorme flota de aviones para él solito. Y sí, después de mucha entrega (y unos cuantos fascículos) consiguió hacer su sueño realidad.

La habitación de su casa era un inmeeeeenso angar lleno de pequeños aviones de madera, aviones de papel, aviones de plastilina, de arcilla, de polispan (o como quiera que se escriba esa palabra)... Los tenía de todos los tamaños,  formas y materiales, y lo mejor, es que todos eran suyos!!. Siempre sonreía orgulloso y sacaba el pecho pa' fuera al mostarrme su colección.

La verdad, siendo sincero, he de reconoceros que nunca me gustaron los aviones... Es más, tengo miedo a volar... Es curioso, pero aunque quisiese, y por más super-poderes que me condeciese el genio de la lámpara, nunca podré llegar a ser un super-heroe, puesto que la gran parte de los super-heroes vuelan, así que si algún día alguien me regala el super-poder de volar, prometo regalároslo!! ;)

Pues eso, a lo que iba, que nunca me gustaron los aviones... hasta el día que lo conocí a él!!. Transmitía tanta ilusión al hablarme de esas máquinas, que podía quedarme horas y horas mirándole a los ojos, sin decir una sola palabra, tan sólo escuchándole hablar de aviones, y nunca me aburría!! Me resultaba super emocionante mirarle a los ojos. Era una sensación inexplicable... Me transmitía tanta ilusión, que me era imposible apartarle la mirada. Yo, tan sólo le escuchaba, y sonreía. Es más, a veces nisiquiera le escuchaba, pero es que tampoco hacía falta...

Sus ojos hablaban...


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